Un equipo de investigación de las universidades de Huelva y Sevilla, junto con el Hospital Universitario Virgen Macarena, ha desarrollado un método revolucionario para la administración de antibióticos utilizando nanotubos de carbono. Estas estructuras, extremadamente delgadas y precisas, actúan de forma más efectiva en el foco de la infección, prolongando la duración del efecto del medicamento. Este avance no solo representa una mejora significativa en el tratamiento de infecciones, sino que también podría combatir la resistencia bacteriana al permitir una entrega más eficiente del principio activo.
Los antibióticos Cefepime y Meropenem, utilizados en infecciones graves como neumonías, meningitis y septicemia, son administrados tradicionalmente por vía intravenosa con una duración de acción limitada en el flujo sanguíneo. Esta corta duración lleva a una frecuente dosificación, lo que facilita el desarrollo de resistencia bacteriana. Sin embargo, los investigadores han propuesto una nueva aplicación de estos fármacos, logrando que una sola dosis sea efectiva durante 24 horas, mejorando así su rendimiento y reduciendo la frecuencia de administración.
El estudio, financiado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, Fondos FEDER y el Proyecto PAIDI P20-01234, ha demostrado que al unir los antibióticos a los nanotubos de carbono mediante adsorción física, se logra una notable mejora en su eficacia. Esta unión reduce la cantidad de medicamento necesaria para detener el crecimiento bacteriano, prolonga el efecto terapéutico y mantiene niveles constantes del medicamento en el organismo, disminuyendo así el riesgo de resistencia bacteriana.
Además, los científicos confirmaron que los nanotubos de carbono pueden cargar más del 90% de los antibióticos, demostrando su alta capacidad como vehículos de fármacos de manera sencilla y efectiva. A través de pruebas con diferentes tipos de nanotubos, se observó que aquellos de pared múltiple fueron más efectivos con Cefepime.
A pesar de los prometedores resultados, los investigadores continúan explorando la seguridad y eficacia de estos sistemas más allá de las pruebas en laboratorio, evaluando la capacidad de los nanotubos para entregar antibióticos sin dañar células sanas. Este avance busca mejorar la administración de medicamentos, con el desarrollo de nuevos transportadores que permitan la dosificación precisa de fármacos, tanto antibióticos como de otros tipos.
En resumen, el uso de nanotubos de carbono para la administración de antibióticos representa un importante avance en la lucha contra las infecciones bacterianas, mejorando la eficacia del tratamiento y reduciendo la resistencia bacteriana. Este innovador enfoque podría revolucionar la forma en que se combaten las enfermedades infecciosas en el futuro cercano.
FUENTE
